MI VIDA Y MI HISTORIA
ME GUSTARÍA QUE NO SE PERDIESEN NUESTRAS COSTUMBRES, VAMOS TODOS A HACER ALGO POR ELLO.
By. Mª Trinidad Vilchez
UNA HISTORIA:
En Catalunya, la noche del 31 de octubre, es decir esta misma noche, se celebra la noche de todos los santos con la “castañada”.
Aquí les dejo dos historias de cómo se origino esta tradición:
En la Edad Media y para recordar a todos vecinos la necesidad de rezar por los difuntos, durante la noche de todos los santos se tocaban las campanas de todas las parroquias y conventos, de tal suerte que el campanero necesitaba de un gran aporte de energía para recuperarse del esfuerzo.
Al ser la castaña el fruto mas abundante del otoño, se recuperaban del cansancio con castañas y pequeños tragos de vino blanco, para hacerlas más pasaderas. Como el número de campanarios era muy elevado en aquellos tiempos y al campanero se iban añadiendo las personas y familiares más allegados, en un afán de querer compartir con él sus penas y también sus gozos, finalmente todos acababan comiendo castañas y bebiendo vino.
Mas adelante, en los pueblos, por la tarde todos los hombres se dedicaban a recoger castañas, boniatos y leña, las mujeres hacian pastelitos parecidos a los actuales “panellets” (unos pastelitos hechos a base de almendra molida y azucarada) y al llegar la noche se reunían todos alrededor del fuego comiéndose las castañas y los boniatos asados a la leña y los pastelitos que habían traído las mujeres y así celebraban el final de la recolecta y rezaban por los difuntos.
También existía la tradición de que los niños tenían que dejar castañas escondidas en algún rincón de la casa para que, por la noche, las almas de los que faltaban vinieran a recogerlas y se las cambiaran por “panellets” o membrillo (dependiendo de la zona).
A finales del siglo XVIII la costumbre se había extendido de tal manera que la castaña pasa a ser un elemento de comercio y entonces hace su aparición la figura de las castañeras, mujeres que asan las castañas al fuego y las venden en puestos callejeros.
Otra historia:
Antiguamente, después de cenar, se celebraba la castañada, comida familiar dedicada a los muertos y que era recuerdo de las antiguas comidas funerarias. Se hacía la cena habitual y seguidamente se comían las castañas asadas al fuego del hogar, así como los “panellets” u otros dulces propios del día, y se bebía vino que tenía que ser dulce o blanco. Las castañas se abocaban encima de la mesa y todo el mundo iba cogiendo a su discreción.
Esta costumbre de comer castañas (que por otro lado es el fruto típico de la estación junto con otros frutos secos: almendras, avellanas…), se complementa con la de consumir un tubérculo parecido a la batata: el boniato. Poco a poco hará su aparición uno de los personajes más carismáticos y entrañables de esta época: la castañera.
Ingredients
· 500 g pols d’ametlla
· 500 g sucre llustre
· Clares d’ou
· Pinyons
· Un ou sencer
· Rovell d’ou
Preparació
Es barreja en un perol el sucre llustre i l’ametlla. Un cop barrejat s’hi afegeixen les clares d’ou fins a obtenir una textura ferma i mal·leable.
Es reserva el massapà i es preparen els pinyons per a arrebossar-los; per això s’abocarà un ou en un perol i s’hi afegirà els pinyons. Per a formar els panellets es tiren porcions d’aquest massapà als pinyons i es boleien amb les mans de cara a adherir-los per tota la superfície. Quan es tinguin tots els panellets arrebossats de pinyons, es tornaran a boleiar amb les mans untades de rovell per tal de donar-los un bon color durant la cocció, que haurà de ser a forn fort durant el menor temps possible. 2. Recepta de panellets de l'àvia Remei
Ingredients
· 500 g d'ametlla crua triturada (sense pell)
· 400 g de sucre
· 2 rovells d'ou
· 150 g de patata bullida calenta
· vainilla ensucrada en pols
· 1 g de cremotarto (es ven a les farmàcies)
· pinyons
· essències de sabors (opcional. Es ven en adrogueries)
Preparació
Bullim el boniato i en calent l'aixafem juntament amb el sucre, que es desfà al moment. Li afegim l'ametlla i ho passem tot plegat. Hi tirem un polset de vainilla i el cremotarto; d'aquesta manera ja podem fer les boletes o les formes diferents que vulguem, al gust de cadascú. Abans de fer els panellets hi podem afegir a la massa essències del sabor que més ens agradi. Passem les boletes primer per rovell d'ou batut amb un xic d'aigua i, després, els pinyons. Procurem que els pinyons quedin també una mica envernissats d'ou.
Podem fer formes creatives: rodones, en forma de bolet, allargades, amb una ametlla sencera, una cirereta, xocolata, confitura... Si al pastar la massa queda massa forta hi afegim un rovell d'ou més i problema resolt.
Castañas, castañada y vino dulce en porrón...
Las castañas llegaron a ser alimento de la humanidad desde épocas muy remotas. Los romanos, con la incentivación del cultivo de este árbol de la familia de las fagaceae, la castaña se convirtio en la base de su alimentación, presentándolo en seco, fresco o también molido, con el que obtenían harina. Siglos más tarde, en el XVI, con la llegada desde América de la patata y el maíz, la castaña perdió protagonismo en la manutención de la gente del campo.
Durante la Edad Media, en Cataluña, en la noche de Todos los Santos, para recordar a los vecinos el menester de rezar por los difuntos, se tocaban las campanas de todos los conventos y parroquias. El campanero, para tal envite, necesitaba un gran aporte de energía para poderse recuperar de tal esfuerzo. Se resarcía del agotamiento comiendo este fruto y bebiendo vino blanco dulce, que lo acostumbraba a degustar con el porrón.
Debido a que no había muchos campaneros en aquellos años en tierras catalanas, al maestro le iba siguiendo en este trabajo, familiares y personas allegadas, que contribuían a la labor de tocar las campanas. Al final, todos terminaban comiendo castañas y bebiendo vino. La tradición se fue complementando en muchos pueblos catalanes con la recogida, por parte de los hombres, de castañas, boniatos y leña. Las mujeres hacían lo propio preparando pastelitos (panellets) elaborados con almendra molida y azucara. Por la noche (31 de octubre) se reunían todos alrededor del fuego, comiendo castañas y boniatos asados a la lumbre de la leña, y deliciosos “panellets”.
Por otra parte, existía también la tradición en aquella época de que los niños debían dejar castañas en algún punto de la casa para que durante la noche, las almas de los difuntos de la familia vinieran a recogerlas y las cambiaran por los “panellets”. En algunos lugares lo hacían por el membrillo.
En nuestros días y en otoño, es muy característico que aparezca por las calles de nuestro país una figura muy popular, junto a un pequeño “chiringuito” provisto de brasero, asando castañas y vendiéndolas a los viandantes envueltas en papel, en forma de cucurucho
Castanyeres davant l'església de Betlem, 1917. AFB. F. Ballell
Foto,Panellets, 1984. AFB. Colita
Castanyera a la Plaça de Sant Agustí Nou, principis del segle XX.
1888,Passeig de Gràcia, Caspe.
By. Mª Trinidad Vilchez
UNA HISTORIA:
En Catalunya, la noche del 31 de octubre, es decir esta misma noche, se celebra la noche de todos los santos con la “castañada”.
Aquí les dejo dos historias de cómo se origino esta tradición:
En la Edad Media y para recordar a todos vecinos la necesidad de rezar por los difuntos, durante la noche de todos los santos se tocaban las campanas de todas las parroquias y conventos, de tal suerte que el campanero necesitaba de un gran aporte de energía para recuperarse del esfuerzo.
Al ser la castaña el fruto mas abundante del otoño, se recuperaban del cansancio con castañas y pequeños tragos de vino blanco, para hacerlas más pasaderas. Como el número de campanarios era muy elevado en aquellos tiempos y al campanero se iban añadiendo las personas y familiares más allegados, en un afán de querer compartir con él sus penas y también sus gozos, finalmente todos acababan comiendo castañas y bebiendo vino.
Mas adelante, en los pueblos, por la tarde todos los hombres se dedicaban a recoger castañas, boniatos y leña, las mujeres hacian pastelitos parecidos a los actuales “panellets” (unos pastelitos hechos a base de almendra molida y azucarada) y al llegar la noche se reunían todos alrededor del fuego comiéndose las castañas y los boniatos asados a la leña y los pastelitos que habían traído las mujeres y así celebraban el final de la recolecta y rezaban por los difuntos.
También existía la tradición de que los niños tenían que dejar castañas escondidas en algún rincón de la casa para que, por la noche, las almas de los que faltaban vinieran a recogerlas y se las cambiaran por “panellets” o membrillo (dependiendo de la zona).
A finales del siglo XVIII la costumbre se había extendido de tal manera que la castaña pasa a ser un elemento de comercio y entonces hace su aparición la figura de las castañeras, mujeres que asan las castañas al fuego y las venden en puestos callejeros.
Otra historia:
Antiguamente, después de cenar, se celebraba la castañada, comida familiar dedicada a los muertos y que era recuerdo de las antiguas comidas funerarias. Se hacía la cena habitual y seguidamente se comían las castañas asadas al fuego del hogar, así como los “panellets” u otros dulces propios del día, y se bebía vino que tenía que ser dulce o blanco. Las castañas se abocaban encima de la mesa y todo el mundo iba cogiendo a su discreción.
Esta costumbre de comer castañas (que por otro lado es el fruto típico de la estación junto con otros frutos secos: almendras, avellanas…), se complementa con la de consumir un tubérculo parecido a la batata: el boniato. Poco a poco hará su aparición uno de los personajes más carismáticos y entrañables de esta época: la castañera.
Ingredients
· 500 g pols d’ametlla
· 500 g sucre llustre
· Clares d’ou
· Pinyons
· Un ou sencer
· Rovell d’ou
Preparació
Es barreja en un perol el sucre llustre i l’ametlla. Un cop barrejat s’hi afegeixen les clares d’ou fins a obtenir una textura ferma i mal·leable.
Es reserva el massapà i es preparen els pinyons per a arrebossar-los; per això s’abocarà un ou en un perol i s’hi afegirà els pinyons. Per a formar els panellets es tiren porcions d’aquest massapà als pinyons i es boleien amb les mans de cara a adherir-los per tota la superfície. Quan es tinguin tots els panellets arrebossats de pinyons, es tornaran a boleiar amb les mans untades de rovell per tal de donar-los un bon color durant la cocció, que haurà de ser a forn fort durant el menor temps possible. 2. Recepta de panellets de l'àvia Remei
Ingredients
· 500 g d'ametlla crua triturada (sense pell)
· 400 g de sucre
· 2 rovells d'ou
· 150 g de patata bullida calenta
· vainilla ensucrada en pols
· 1 g de cremotarto (es ven a les farmàcies)
· pinyons
· essències de sabors (opcional. Es ven en adrogueries)
Preparació
Bullim el boniato i en calent l'aixafem juntament amb el sucre, que es desfà al moment. Li afegim l'ametlla i ho passem tot plegat. Hi tirem un polset de vainilla i el cremotarto; d'aquesta manera ja podem fer les boletes o les formes diferents que vulguem, al gust de cadascú. Abans de fer els panellets hi podem afegir a la massa essències del sabor que més ens agradi. Passem les boletes primer per rovell d'ou batut amb un xic d'aigua i, després, els pinyons. Procurem que els pinyons quedin també una mica envernissats d'ou.
Podem fer formes creatives: rodones, en forma de bolet, allargades, amb una ametlla sencera, una cirereta, xocolata, confitura... Si al pastar la massa queda massa forta hi afegim un rovell d'ou més i problema resolt.