MI VIDA Y MI HISTORIA
El monasterio benedictino de Monserrat fue fundado en 1027 por el abad Oliva y está situado en la ladera meridional este de la montaña. De la primitiva iglesia de estilo románico se conserva sólo el portal. En 1537 fue ampliada y restaurada dentro del estilo gótico. La actual iglesia data de la segunda mitad del siglo XVI y consta de una sola nave con doce capillas laterales. Las dependencias más antiguas del monasterio son del siglo XVIII ya que en 1811 el monasterio fue destruido por los franceses. Se dice que las tropas de Napoleón destruyeron el monasterio buscando el Santo Grial pero que no lo consiguieron encontrar. La imagen de Nuestra Señora se halla en el interior de la basílica y presidiéndola dentro de un camarín de estilo neorrománico construido en 1878 por Francisco de P. del Villar y decorado con vidrieras policromas y mármoles. Tallada en madera de álamo blanco, la imagen de Nuestra Señora data del siglo IX.
De todas las montañas que hay en la orografía de Catalunya, la montaña de Montserrat es la más importante. Es lo que se llama el corazón de Catalunya. Hace veinticinco millones de años los terrenos que rodeaban la montaña eran un mar tranquilo de poca profundidad. El relieve rocoso de las montañas no surgió hasta principios de la Era terciaria. Con el paso de los siglos, los movimientos consiguieron que el mar se fuera retirando de aquellos lugares y emergieran las fantásticas rocas de Montserrat. La sierra está formada por estructuras de roca conglomerada, muy semejante a las tuberías de un colosal órgano musical. Toda la sierra está agujereada y cuenta con cientos de cuevas y, como mínimo, con diez fuentes de agua purísima. Pero lo más importante es que posee una virgen negra, conocida por la “Moreneta”, patrona de Catalunya. Dicen que la virgen es negra porque se hizo a partir de la simbología temática esotérica, ya que el negro lleva una protección y absorbe los fluidos negativos. Esta teoría esotérica explicaría el que esta virgen sea la patrona de Catalunya, ya que ella protegería de las fuerzas negativas de todo tipo que pudieran afectar a la gente. Montserrat constituye un foco importante de fuerzas telúricas y cósmicas, además de unas corrientes de agua y radiaciones que dan lugar a una zona magnética. Estas fuerzas telúricas alteran sensiblemente el instrumental de medición, hasta el punto que resulta difícil establecer la posición exacta de la sierra.
Hay grupos esotéricos que efectúan sus rituales mágicos en puntos determinados de esta montaña, invocando las fuerzas magnéticas que surgen de la tierra para potenciar el chakra del ser humano. Lo cierto es que gente que sube al monasterio de Montserrat dice haber experimentado un estado de paz, de tranquilidad, debidos a una fuerza interior que les provocaba paz y sensaciones etéreas. Esto se podría explicar debido a esas fuerzas magnéticas que hay y que afectan también a objetos de tipo eléctrico o electrónico. Por otro lado, algunos testimonios aseguran que el interior secreto de la montaña de Montserrat guarda el secreto de un mundo subterráneo, al cual se puede llegar a través de cuevas y galerías, pero que solo lo conocen los monjes del monasterio. Se sabe de antaño que la sierra tiene muchas cuevas, pozos, al menos un río y un misterioso lago. Muchos de esos lugares se conocen, pero otros son aún un auténtico misterio, como por ejemplo es el caso del río subterráneo que pasa por debajo la sierra y del gran supuesto lago que hay en las entrañas de la montaña. Algo comprobable es que, cuando llueve y se supone que el lago se llena, surgen de golpe y precipitadamente las aguas por las paredes rocosas de la montaña y en una fuente que hay en un pueblo situado en la falda de la montaña.
Se dice que el agua viene de una cueva denominada “mentirosa” puesto que, de repente, empieza a salir agua y se convierte en fuente. Por ejemplo, un fatídico junio a inicios del siglo XXI, se produjeron terribles inundaciones en algunas poblaciones alrededor de Montserrat. Empezó a surgir agua a borbotones de la parte alta de la montaña, justo encima de donde se sitúa el monasterio. Tal vez el lago se llenó y ello produjo que el agua tuviera que salir por algún lado.
En el siglo XVI llegó a Montserrat un guerrero vasco que se hacía llamar Íñigo y que, en el momento de entrar en la basílica y ver a la Virgen, experimentó una fuerte conmoción espiritual, que acabaría por generar un cambio radical en su vida. Aquel guerrero supo que tenía que quedarse un cierto tiempo viviendo cerca de la montaña y, tras algunos días de oración, dio sus pertenencias a los pobres y se instaló como anacoreta en una cueva de la zona de Manresa mirando hacia la montaña. Allí vivió unos meses, entre alucinaciones y tentaciones, en que nos habla de una fantástica serpiente de luz y de estados místicos de éxtasis junto al río, de arrebatos y de otros estados alterados de conciencia. Lo cierto es que, a partir de la energía que obtuvo en Montserrat, este Iñigo se convirtió en San Ignacio de Loyola, escribiendo sus Ejercicios Espirituales junto a la montaña de su conversión e iniciando la gigantesca tarea de fundar la Compañía de Jesús. Según el Dr. Octavi Piulats: “Montserrat fue considerado un lugar sagrado por todas las culturas que vivieron en su entorno. En su ámbito natural se han producido milagrosas curaciones y conversiones tan señaladas como la de Ignacio de Loyola. El profundo misterio de su impacto espiritual, como los extraños fenómenos que registra su historia, son objeto de investigación para los más variados campos del saber: desde la geobiología hasta la ufología. Como la vida misma, este macizo tiene un lado luminoso y un lado oscuro, menos conocidos que su leyenda cristiana de la «Moreneta», y cuyos enigmas hemos querido explorar”.