MI VIDA Y MI HISTORIA
Font d'en Conna, c. 1914. AFB. J. Brangulí
Queden pocs racons a Montjuïc on es manté l'atmosfera del passat i on perdura el rastre dels antics camins que portaven a alguna de les trenta fonts de la muntanya. Una de les més populars era la Font d'en Conna, situada al capdamunt del carrer Nou de la Rambla, al Poble-sec. Tenia un restaurant i berenador on també es feia ball, però va desaparèixer a partir de la construcció del funicular de Montjuïc.
Font d'en Conna, c. 1914. AFB. F. Ballell.
Montjuïc fue, durante décadas, el destino rural para las escapadas dominicales de los barceloneses del siglo XIX. Un gigantesco jardín rebosante de fuentes a las que acudía la clase media y obrera de la ciudad para pasear, cortejar, comer y bailar. La exposición Baixant de la Font del Gat. Les fonts populars de Montjuïc, que se puede visitar en el castillo, evoca la vida de la Barcelona de fines del siglo XIX y principios del XX a través de esas fuentes.
Pero había otros muchos surtidores repartidos por la montaña. Unos eran naturales, otros, canalizados y embellecidos por una escultura. Eran la Font Trobada, la de los Tres Pins, del Geperut y del Tir,la Font d'en Conna y de Pessets, la del Parc de Baix, Vista Alegre, la Guatlla, la Mina y Satalia.
Fueron escenario imprescincible de los momentos de diversión de muchos ciudadanos. Los domingos y días festivos, familias, parejas y grupos de amigos subían a la montaña a hacer la tradicional fontada (merienda junto a la fuente), a celebrar comidas campestres y verbenas populares, a jugar, charlar o hacerse arrumacos furtivos. En las más ajardinadas se festejaban bodas, bautizos y comuniones. Las más ocultas por la espesura se convirtieron, en los primeros años del franquismo, en lugar de encuentro para reuniones clandestinas de disidentes.
A través de fotos e ilustraciones, textos y efectos sonoros, la exposición propone un viaje sensorial a ese pasado no tan lejano. Las fotos son de pioneros del fotoperiodismo como Josep Brangulí, Frederic Ballell, Carlos Pérez de Rozas, Lucien Roisin y Pau-Lluís Torrents. Los dibujos, de Lola Anglada y Pau Febrés Yll.