Aquella creencia de que en Barcelona, cuando se mueve una piedra, hay serias posibilidades de que aparezca algún resto arqueológico, es una verdad como un templo... o como un baluarte. Las obras que se llevan a cabo estos días en el zoo para acondicionar el nuevo bioma que reproducirá la sabana africana, con sus leones, jirafas y elefantes, han dejado al descubierto estructuras correspondientes a dos antiguos baluartes, el de Llevant, del siglo XVI, y el de Don Fernando, de la ciudadela borbónica, del siglo XVIII.
Cuando comenzaron las obras de mejora del zoo ya se sabía que el movimiento de tierras haría aflorar vestigios de un pasado histórico que tuvo su punto de inflexión en el sitio de Barcelona y la derrota del 1714. De hecho, en la zona donde se ubicará el futuro delfinario, está previsto mantener a la vista del público una parte del baluarte. No será el caso seguramente de las ruinas encontradas estos días, que serán documentadas y tapadas hasta que una futura excavación vuelva a sacarlas a la luz. Los hallazgos más interesantes -para conocer su relevancia habrá que esperar a que finalicen las obras y se limpie el área afectada- se han producido en la zona que habitarán las jirafas, donde se ha documentado un tramo de muro junto al baluarte de Don Fernando. Para construirlo se tuvo que descabezar una estructura soterrada situada en el interior del baluarte de Llevant. El resto de la estructura soterrada se conservó y se preparó a prueba de bombas para seguir utilizándola. Es muy posible que esta instalación acabará de demolerse durante las obras de la Exposición Universal de 1888 o, a principios del siglo XX, con la construcción del zoo.
En el espacio donde se excava el foso de los leones, se han documentado otros restos, incluido un tramo de un muro de contención de una rampa del baluarte que conserva buena parte de la forma original. Todos estos descubrimientos permitirán conocer mejor el sistema defensivo de la Ciudadela borbónica y de las anteriores defensas de la ciudad. El arqueólogo Josep Pujadas explica que habrá que esperar para ver cómo el hallazgo de estos restos afectará a la obra civil de las nuevas instalaciones del zoo.
Los últimos días están siendo pródigos en descubrimientos arqueológicos en Barcelona. En las obras de acceso a las baterías antiaéreas del Turó de la Rovira se han encontrado los restos de lo que podría ser una habitación del poblado ibero, una construcción cuyo abandono podría fecharse en el siglo II a.C.
