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BARCINO COLONIA ROMANA, DE LUIS CONDE MORAGUES, CAPITULO Nº 24º, A LA BARCELONA D' ABANS, D' AVUI I DE SEMPRE...13-11-2015...!!!

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¿Indicios de un circo?

Según relata el “Diario de Barcelona” del de abril de 1 60, se descubrió en la calle Sobradiel, entre los números 9 y 10 (en el terreno del Palau Reial) un mosaico representando un circo y unas carreras de cuadrigas. Una vez descubierto por completo bajo la dirección del arquitecto Elies Rogent, este mosaico medía 7,97 x 3,5 metros.
En el traslado al Palau Sant Jordi se perdió un trozo importante del costado izquierdo. En 1933 se trasladó al Museo Arqueológico de Barcelona en donde está expuesto. Ha sido datado entre los años 310-340 d.C. y se considera que puede representar una carrera en el Circo Máximo de Roma (Darder, 1993: 251-281). Aunque algún autor proponga que representaba el circo de Barcino. Se ha interpretado que formaba parte de un hipocausto perteneciente a una domus romana.
Frescos y mosaicos muestran la popularidad de estos juegos en todo el imperio romano y éste en Barcino en particular (Arce, 1997: 115-117; Storch de Gracia, 2001: 233-252). Temas circenses y venatorios representan un porcentaje muy pequeño, pero significativo, del total de mosaicos tardo-antiguos en el imperio.

Consta que Lucius Miniciii, que conocemos bien por su donación de unas termas y su acueducto a Barcino, participa y vence en la carrera de cuadrigas en la 227ª Olimpiada de los Juegos Helénicos, en el año 129 d.C. Fue el primer campeón olímpico español, nacido específicamente en Barcino.
Los documentos muestran que los caballos hispánicos, por su rapidez, estaban en gran demanda en todo el Imperio para su uso en los circos. Una demanda que refleja a una gran cantidad de importantes criadores de caballos de raza en Hlspania. Y que es testimonio asimismo de la popularidad e importancia de las competiciones ecuestres en Hispania y en Barcino (Blázquez 2010, 411-448).

Mientras que los teatros y anfiteatros son denunciados por los cristianos y sufren un rápido declive tras el Concilio de Nicea, la caza y el circo siguen siendo muy populares en los siglos IV y V.
Tal como en el caso del teatro, la posible huella fosilizada del anfiteatro, estimula la búsqueda de indicios de un circo en Barcino. De nuevo recurriendo a la fotografía aérea para investigar la topografía de la ciudad.
La planta característica de un circo es un largo rectángulo de unos 300 a 400 metros de largo. Su anchura puede variar considerablemente, entre 80 y 150 metros, dependiendo finalmente del ancho de los graderíos. Los lados cortos del rectángulo podían ser más o menos curvos.
Detalles de los circos romanos en Hispania se presentaron en el Congreso Internacional, - El Circo en Hispania Romana -, celebrado en Mérida del 22 al 24 de Marzo del 2001 (Nogales, Sánchez, 2001).

En trabajos modernos se dan 325 metros de largo por 110 metros de ancho como dimensiones del circo de Tarraco, (Ruiz de Arbulo, en Nogales, Sánchez, 2001: 143). El circo de Saguntum medía 354 por 73 metros (Pascual, 2001: 155-174).
Usualmente, en las colonias los circos están situados extra-muros. El circo de Tarraco, intra-muros, es excepcional.
Morfológicamente, un circo no puede dejar una silueta tan característica como son las huellas de un anfiteatro o un teatro. Pero un recinto, un largo perfil viario prácticamente rectangular con las grandes dimensiones de un circo, tampoco es usual cerca de una ciudad romana amurallada.
En la trama irregular de los caminos y calles de la ciudad medieval y próximo a la ciudad romana, un gran rectángulo alargado pudiera ser distinguible. Y este pudiera proceder de la huella de un circo. Un circo en Barcino estaría sin duda extra-muros.

En las cercanías de Barcino, se ha encontrado un perfil viario con la forma y dimensiones de un circo romano. Un perfil viario que al parecer tiene gran antigüedad. Extra-muros, en el lado oeste de Las Ramblas, no muy lejos de la ciudad amurallada, las calles Sant Pau y Nou de la Rambla son paralelas por un largo trecho y definen un espacio con las medidas correctas, 370 por 140 metros, aunque pudiera ser demasiado ancho. El espacio de 75 metros entre Sant Pau y Marquès de Barberà, calles que también son paralelas, es muy probablemente estrecho.
Figura V-4. Barcelona hacia el año 1200 d.C. (Banks, 1989: 131, fig. 3). A la izquierda, dentro del círculo, perfil de un gran rectángulo en el lugar de las calles Nou de la Rambla y Tàpies. 

¿Es una posible huella fosilizada de un circo?

La actual calle de las Tàpies se prolongaba en la antigüedad hasta Las Ramblas; definiendo con la calle Sant Pau un rectángulo de unos 300 metros por 100 metros (Balaguer, 1886: 349). Son unas dimensiones comparables con las de los circos de Tarraco y Saguntum. Este espacio en forma de gran rectángulo alargado, fácilmente identificable entre la calle Sant Pau y la calle Tàpies, se encuentra representado persistentemente en diversas reconstrucciones del entorno de Barcelona medieval (Figuras V- 4 a V-8).

Figura V-5. A la izquierda, el mismo rectángulo en el plano del área de Barcelona en el siglo XIII, según A. Cubelles y F. Puig del MHCB (Beltrán de Heredia, 2008: 287).

El plano de Barcelona, con exactitud cartográfica, más antiguo es un mapa militar que fue levantado por Cardoso en 1714. Está en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona y de él se hizo una limitada serie de copias en 1994 que editaron el CCCB y el Ayuntamiento con Luneberg editores, con el título 10 planols historics. Las siluetas fosilizadas, anteriormente atribuidas al anfiteatro y al teatro, quedan señaladas con claridad. La que estudiamos del circo, es una zona de huertos, y es más confusa. Pero en los planos posteriores las calles que rodean al posible circo fosilizado son más claras.

Figura V-6. Plano de Barcelona en 1492, reconstruido por Salvador Sampere i Miquel en 1881 (AHCB Nº 2981) antes de los estudios del Dr. Banks. Se ha marcado la posible huella rectangular del circo con un óvalo.

Desde la ciudad romana, la calle Sant Pau conduce en línea recta a Montjüich pasando muy cerca del lugar de Sant Pau del Camp (Banks, 1984; 1992 y Beltrán de Heredia. 2008). Esta calle enlazaba con la calle Cardenal Casañas. Un rodeo por otra larga calle paralela (c/ Tapies), como los planos señalan invariablemente, era innecesario. Es notable porque esta segunda calle paralela es una desviación que duplica a Sant Pau solo a lo largo de un tramo de estos 300 metros, dibujando así un gran rectángulo (Banks, 1989: figura 5), equivalente a las medidas de un circo. Esta silueta aparece en otro dibujo extraído de la base topográfica de Cubelles y Puig sobre las vías de los alrededores de Barcelona en el siglo XIII (Beltrán de Heredia, 2008: 287, figura 8); y reaparece en el plano nº 3 de “Renda i Fiscalitat en una ciutat medieval” de Orti (Orti, 2000: 115). Posiblemente ambos fueron inspirados en el plano del Dr. Banks. Según comunicación personal del Dr. Banks, este rectángulo se localizó interpretando manuscritos del siglo XII y no puede considerarse confirmado33.
Figura V-7. Plano de Barcelona en 1797 (Anónimo, nº 707 del AHCB). Se ha marcado la posible huella rectangular del circo con un óvalo. Es una zona de huertos.

Pero mucho antes, con una extraña unanimidad, este mismo rectángulo era ya también señalado en reconstrucciones de la topografía de la Barcelona del siglo XV por Salvador Sampere i Miquel en 1881 y en otros planos de finales del siglo XIX en el AHCB (figura V-7). No se han localizado sus fuentes. En este plano de la ciudad antigua de 1492 reconstruido por Salvador Sampere i Miquel, el extremo oeste de este espacio es curvo, como en un circo (figura V-7).
33 Por internet, Sales y algunos autores han señalado recientemente el trayecto rectilíneo desde el Paseo del Born hasta el interior del mercat del Born como otra posible huella de un circo. En época medieval el área era usada en torneos. Como podrá verse en las figuras V-8 a V-10 se trata de una silueta que parece corta y estrecha para proceder de un circo romano. Pero la posición a lo largo de la playa es similar a la que se propone. Es una observación que debe tenerse presente. Aunque no tenga el apoyo de los antiguos perfiles viarios que se han señalado anteriormente.
En esta zona pantanosa existía una larga duna fosilizada de unos pocos metros de altura precisamente bajo el paseo del Born.(Juliá, Riera, 2014).

A lo largo de los siglos se ha ido conservando este rectángulo viario en una zona de huertos, sin apenas edificios, entre dos calles, donde una de ellas forma un desvío para duplicar paralelamente a la otra sin motivo aparente (figuras. V-5 a V-9).
Figura V-8. Plano de Barcelona en 1806 confirmando el anterior. Procede del Voyage Historique et Pittoresque de l’Espagne de Laborde (1806). AHCB. Se ha marcado la posible huella rectangular del circo con un óvalo. Era una zona de huertos.

En este último caso, lo único sugerente de un circo es la silueta propuesta por las calles Su extremo levante tendría una considerable proximidad con el anfiteatro y con el recinto amurallado de cuya puerta dista unos 200 metros. Su extremo poniente sería cercano al poco conocido tercer acueducto de Barcelona, descendiendo desde Montjüich (Miró, Orengo, 2010: 124; Puig i Verdaguer, 2009: 17).
Cerca de Sant Pau del Camp, hay también restos de una villa romana; pero no se han señalado ninguna relación con un posible circo u otro edificio público. Y es en la falda de Montjüich donde se han encontrado restos de silos e edificaciones. Y donde se ha especulado sobre la Barkeno ibérica.

La propia lápida de la tumba de Guifré II, el fundador del cenobio de Sant Pau, por el lado opuesto a la inscripción medieval, tiene una inscripción romana. Beltrán de Heredia señala elementos arquitectónicos y decorativos romanos de los siglos VI y VII en la iglesia de Sant Pau del Camp (Beltrán de Heredia, 2001: 40 y 2008: 285-286).
Por otro lado esta posición está cerca, y es paralela, a la línea de la costa de fines del siglo I, sugerida por los estudios geomorfológicos (Riba, Colombo, 2009). No sería extraño que las primeras carreras de cuadrigas en Barcino, y otros lugares, hubieran tenido lugar en un llano cerca de la playa, quizás con una instalación mínima de madera, antes de la construcción de un circo más sólido.
En muchos casos, el disponer de un terreno llano, con las considerables dimensiones necesarias para un circo, parece haber predominado sobre las consideraciones urbanísticas. Podría insinuarse que estas instalaciones fueron construidas por los romanos muy pragmáticamente, allí donde se daban terrenos fácilmente adaptables sin costosos movimientos de tierras, en lugares bien comunicados y relativamente cercanos a la ciudad.
Los circos de Arlés y Vienne en Francia están a lo largo del río. (figura V-10). Se da esta posición, muy similar a la de Saguntum, paralela a la orilla del mar, junto a una playa, en el circo de la ciudad portuaria de Cesarea en Israel. Y, como en este caso, aparece de nuevo en Leptis Magna, en Libia. También en estas dos ciudades el circo se sitúa, longitudinalmente, a lo largo de una playa, no lejos de la ciudad y de su puerto. Tal como supondríamos en Barcino, fuese en esta posición al oeste de la ciudad o en la alternativa presentada en el entorno del Born.
Hay relativamente pocos circos romanos localizados en Hispania. Constan solo los circos de Corduba, Emerita Augusta, Toletum, Tarraco, Saguntum, Calagurris, Segobriga, Italica, Valentia, y el de Mirobriga en Portugal. Este último era en gran parte de madera. Es entonces difícil establecer comparaciones significativas sobre el urbanismo de las ciudades y la posición de los circos romanos.

El circo de Barcino pudiera haberse construido tardíamente, cuando los cruentos juegos de los anfiteatros han perdido aceptación y la ciudad ha abandonado el brillo y las costumbres del los siglos I a III. También podría consistir en una gran estructura, pero en gran parte de ladrillo o adobes (¿calle de les Tàpies?) y con gradas de madera que no se hubiera conservado.
No sería entonces una estructura monumental. Siendo hoy solo visible por su huella, que pudo quedar fosilizada por los caminos que comunicaban a Barcino con Montjüich.
Por otro lado, es casi seguro que en Barcino se celebrarían carreras ecuestres, las había en todo el imperio y más concretamente en Hispania. Y es probable que se hicieran con el formato de los espectáculos de un circo romano. Es de esperar que existiese al menos un lugar apropiado, con las grandes dimensiones y los mínimos requisitos e infraestructuras de un circo. Pocas ciudades romanas muestran indicios de un circo y solo en una fracción de ellas está junto al agua. En algunas ciudades, el circo se sitúa perpendicularmente o oblicuamente en relación con la orilla. Pero solo era fácil de obtener un lugar muy llano, sin pendientes, en los alrededores de Bárcino-Barchinona paralelo a la línea de costa. (El Pla de Barcelona es ondulado y en pendiente.) En su momento, un terreno arenoso a lo largo de la costa, podía ser muy llano, muy largo y tener poco interés agrícola.
De los escasos indicios topográficos recogidos no se puede concluir que en Barcino existiese un circo monumental. Pero era indispensable intentar localizarlo, en el contexto de la hipótesis del anfiteatro y el teatro, de una Barcino populosa y rica, con escenas de cacerías y de un circo representadas en las domus.

Dado la escasa monumentalidad de algunos circos incluso pudiera ser que se corrieran caballos en distintos lugares de la ciudad extra-muros. Idealmente a lo largo de las playas. La zona del Born fue utilizada como palestra para juegos de armas en la Edad Media y fue urbanizada en el siglo XIII. En Barcelona, el solar imaginado para el supuesto circo al oeste de la ciudad era una zona hortícola bien avanzada la Edad Moderna. Esta área se urbanizó durante la industrialización del siglo XIX.

Todo ello, al menos nos permite preferir esta silueta sugerente en la trama vial urbana de Barcelona: Sin descartar la sugestión de Sales del paseo del Born. Pero en cualquier caso se trata de una identificación muy dudosa, aunque tenga algunos paralelos en otras ciudades imperiales cercanas (figura V-10).
Los circos, sin la oposición frontal de las autoridades religiosas; algunos posiblemente construidos con materiales poco valiosos y ya algo alejados de las murallas, pudieron ser construidos tardíamente (s. IV o V?). Pudieron sobrevivir más que el anfiteatro y el teatro, que eran rechazados por los cristianos. Y con los siglos, sin dificultad, sus terrenos pudieron volver a ser utilizados para el cultivo.
La colonia romana de Barcino se extiende a lo largo de 500 años o más. A lo largo de un período tan dilatado la ciudad sufre una evolución considerable. Y algunos de sus cambios son dramáticos. Su topografía y urbanismo pudo entonces variar sensiblemente.

Desde el MUHBA se contempla a Barcelona como un enorme yacimiento arqueológico. No conocíamos con exactitud diversos elementos urbanísticos que eran de esperar en una ciudad romana. Hoy por hoy se ha investigado preferentemente intra-muros, pero aún así se intenta profundizar sobre las características del forum y del templo actualmente en discusión. Nos falta la localización de la basílica y del mercado. Y confirmar tangiblemente la localización del teatro y del anfiteatro. El subsuelo puede dar todavía muchas sorpresas.
Pero nuestro conocimiento de los espacios extra-muros es todavía inferior. Conocemos necrópolis, vías de comunicación, centuriación, canalizaciónes, su agricultura, alfarerías y algunas villas importantes. Pero apenas conocemos aquellas áreas por donde se extenderían núcleos suburbiales. Todo ello completará algún día el escenario de la ciudad romana en la época imperial. Iluminando mejor la historia de Barcelona.


Línea de costa estimada en los siglos II y III d.C.
Figura V-9. 
Las siluetas de los hipotéticos circo, anfiteatro y teatro de
Barcino.

Figura V-10. Maqueta de la Arlés romana según Gros (2008: 43). La superficie del recinto amurallado de Arelate era aproximadamente el doble de la de Barcino. En este caso, el teatro y anfiteatro están intra-muros. El circo, extra-muros, junto al río, en la esquina superior izquierda. De forma similar a Barcino, Arelate se extendía extra-muros.

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©Luis Conde Moragues. Todos los derechos reservados.
Barcelona, B-6416-09; B-3449-14
Depósito legal: B 11865-2015
ISBN: 978-84-943862-1-3



Permiso del autor, palabras textuales:


Yo no tengo un interés económico sobre mis trabajos arqueológicos e históricos . Solo busco que mis hipótesis sobre nuestra ciudad lleven a acciones de las instituciones responsables. Adoro a esta ciudad. Puedes copiar y dar difusión a mis teorías. Más aún si puedes darles más audiencia.
El problema es que si bien yo he recibido mucho soporte, y creo que la evidencia es muy fuerte, esta es poco tangible.
Pero la silueta de la elipse esta allá desde hace 1700 años. Y probablemente estará muchos años más pidiendo una explicación.

Lo mejor es que las ideas (que critico) que se publican sobre la Barcelona romana no son creíbles ni se pueden soportar científicamente. Pero Barcino es un gran negocio para muchos profesionales.  Para estos, tu amigo es en realidad un estorbo, o peor aún un aficionado.

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